5 cosas que cambian cuándo viajas fuera de tu país
¿Sabes cuál es la pregunta que más temen los viajeros?: «¿De dónde eres?» Sí, parece bastante fácil de responder, ¿verdad? No exactamente. Esa corta pregunta tiene el potencial de desmantelar completamente la estructura del universo de un viajero y es que todo el mundo se pregunta como viajar te cambia culturalmente. Mientras intenta responderla, es posible que se cuestione toda su identidad, dudando durante el proceso sobre el lugar al que pertenece, lo que valora, e incluso sobre quién es.
Afortunadamente, algunos viajeros se recuperan de este breve interludio mental de incertidumbre perturbada y autoimpuesta. Después de vivir en cuatro países y haber viajado por 23, de Europa y otros continentes, he pasado por lo mismo y he sobrevivido. Estos son mis cinco consejos para ayudarte a superar ese malestar provocado por la confusión cultural y a forjar tu propio concepto de patria.
Patria y familia
«La patria es el lugar donde naciste». Si preguntas por ahí, probablemente esa será la respuesta que más se repita. Si profundizas, te darás cuenta de que, por lo general, los amigos y la familia están en el lugar donde se nace. Por lo tanto… la pregunta es, ¿Patria es el lugar en el que se nace o el lugar donde están tus amigos y familia? Yo creo que es lo segundo.
En mi caso, tengo cuatro familias y patrias, y actualmente estoy buscando la quinta. Turquía, Líbano, España, Egipto, Suiza… viajar es una experiencia increíblemente intensa que permite crear importantes vínculos personales en cortos períodos de tiempo. En todos los países que he visitado, e independientemente del tiempo que haya estado allí, siempre he encontrado un sistema de apoyo. Alguna persona o algún grupo de personas que me han ayudado. Eso es la familia y eso es la patria, aunque estén en diferentes lugares del mundo.
Patria y comodidad
«La patria es el lugar donde todo es fácil». Conoces tu calle, tu barrio, tu ciudad, al farmacéutico, al cajero, el idioma… todo es más fácil. ¿O es demasiado fácil?
No es ningún secreto que los adictos a los viajes son un poco masoquistas. ¿Por qué? Supongo que porque las incomodidades les recuerdan que están vivos. En Izmir, Turquía, me llevó aproximadamente un mes averiguar el trayecto para ir desde casa a la universidad. Todo un mes para un trayecto a pie de 10 minutos. No es que me guste que me llamen la atención en un idioma extranjero, pero hay algo atractivo en caminar sin rumbo fijo y dejarse llevar por la curiosidad. Una vez que te sientes cómodo con lo desconocido, empiezas a sentirte como en casa.
Patria y aventura
«La patria es el lugar donde está la aventura». Antes, me resultaba muy difícil volver a Barcelona después de pasar algún tiempo en el extranjero. La razón principal es que me aburría. La aventura se había acabado y todo volvía a ser demasiado familiar.
Eso fue hasta que volví de mis estudios en el extranjero en Turquía y mi amigo y yo decidimos animar un poco las cosas. Nos trajimos a casa nuestras experiencias en el extranjero. Quedábamos para descubrir nuevas calles, hacer cosas distintas y probar nuevos restaurantes. Eso me enseño que, si lo mío es la aventura, puedo encontrarla en cualquier lugar, incluso en la ciudad en la que crecí.
Patria y cosas
«La patria es el lugar donde están mis cosas». En mi infancia, solía soñar con vivir en una gran mansión rodeada de jardines y fuentes. Supongo que leí demasiadas novelas de Jane Austen. Ahora vivo con lo que cabe en una maleta, y no podría ser más feliz.
Viajar me ha ensañado que hogar o patria no son sinónimos de posesiones, ni tienen por qué ser inherentes. Puedes sentirte en cualquier lugar como en casa, aunque no vivas allí. Para mí, la patria es un sentimiento, no una posesión.
Patria y ser uno mismo
«La patria es el lugar donde puedes ser tú mismo». Cierto y falso; cuando has estado en el extranjero, ¿te sentiste alguna vez como si fueras una persona diferente? ¿Quizás te sentiste algo más audaz o relajado? Si es así, es completamente normal. A mí me pasa siempre. Los nuevos lugares, culturas e idiomas hacen que actuemos y pensemos de forma diferente.
Yo antes creía que Barcelona era el único lugar en el que podía ser yo misma. Pero he descubierto que cada lugar al que viajo o en el que vivo es una oportunidad para reinventarme. Viajar me ha permitido descubrir cosas sobre mí que nunca hubiera sabido de otra manera.
Soy de aquí
«Pero, Pat, no lo entiendo. ¿De dónde eres y como viajar te ha cambiado culturalmente?» Creo que deberías responder a eso tú misma. He aprendido que la única manera de conocer de verdad el lugar que se visita es adoptarlo como propio. Para mí, la patria está donde esté yo en ese momento.