15 signos de que estudiaste en el extranjero con EF
Estudiar en el extranjero es una experiencia única. Te abrirá puertas que nunca imaginaste y te llevará por caminos que nunca pensaste que tomarías. Y aunque esa experiencia te prepara para muchos de los momentos inesperados de la vida, también tendrá una influencia positiva en tus responsabilidades diarias.
Hoy estás más cerca de un futuro que no se podría hacer realidad si no hubieras estudiado un idioma y conocido mundo. Independientemente de que domines o no tu segundo idioma, los estudios en el extranjero te han aportado seguridad, cultura y capacidad para enfrentarte a las aventuras de la vida.
Nunca tuviste tanta confianza
Te las arreglaste para salir adelante en otro país en un idioma que aún estabas aprendiendo. Desde la compra de comestibles a los traslados en transporte público, aprendiste a manejar las cosas todos los días y nada te supera. Un viajero como tú puede hacer frente a cualquier cosa que se presente en la vida como si no fuera gran cosa.
Has visto todos los lugares emblemáticos
Has estado ahí, has hecho eso. Has vivido en la ciudad de tus sueños, no como un turista, sino como uno más, y gracias a eso conoces mucho más que los lugares de interés turístico y las zonas de compras. Si un amigo quiere viajar allí, sabes todo lo que hay que saber sobre cuándo y cómo verlos.
Todavía usas la aplicación My EF
El sitio web se ha convertido en una parte importante de tu vida. Desde mirar los horarios de clase hasta ponerse en contacto con otros alumnos, es el centro para todos los estudiantes de EF. Visitarlo a diario se convirtió en tal hábito que todavía entras de vez en cuando.
Tus redes sociales nunca fueron mejor
Una de las primeras cosas que hiciste al llegar a tu destino fue tomar una fotografía para compartirla con tus amigos y seguidores. Ya sea de la playa de Miami Beach o la típica foto del Big Ben de Londres, cubriste todos los lugares de tu destino y no has parado desde entonces. Tu #tbt es legendario, pero la experiencia te enseñó a crear los mejores contenidos de tu vida.
Hablando de redes sociales, ¡sientes auténtica nostalgia!
Cuando navegas por el Instagram de EF, no puedes evitar sentir nostalgia. Antes del viaje, no pensabas que podrías sentir nostalgia por un lugar en el que no creciste.
Tu círculo de amigos da la vuelta al mundo
¿Alguna vez pensaste que tus mejores amigos vivirían en otras partes del mundo? No solo tienes amigos en diferentes códigos postales, viven en otras partes del mundo ¡y ya estás planeando ir a verlos!
Tu próximo viaje al extranjero corre por cuenta de la casa
Una de las mejores cosas de estudiar con EF es que siempre tienes la posibilidad de volver. Tienes todos los beneficios de ser un embajador de EF: viajes gratis, nuevas experiencias y la oportunidad de mantenerte en contacto con los amigos y compañeros que conociste en el extranjero.
Sueñas en tu segundo idioma
Dicen que soñar en tu segunda lengua es el signo definitivo de que dominas el idioma. No solo puedes hablar y comprender prácticamente todo en el idioma que has estudiado, sino que sueñas en él. Ha pasado tanto tiempo desde que empezaste a hacerlo, que es posible que ya no te parezca algo tan especial o notable.
Te mueves por ahí a la perfección
Nada te supera a la hora de moverte de un lugar a otro. Ya sea recorriendo Nueva York en metro, en tranvía en Toronto o en autobús por San Julián, te mueves en transporte público a la perfección.
Tu carrera profesional ha adquirido un nuevo rumbo
Algo importante que se debe tener en cuenta durante los estudios es la vida profesional. Para la mayoría de los estudiantes, el objetivo final trabajar en algo que amen y estar bien preparados para ello. Los estudios en el extranjero te ayudan a alcanzar ese objetivo.
La casa de tu familia de acogida es como tu casa
Estuviste con una familia de acogida maravillosa que te enseñó todo lo que necesitabas saber sobre la ciudad. Y, después de un tiempo, te sentiste como en casa, porque pasaste tanto tiempo de visita en las residencias de tus amigos como en la casa de tu familia anfitriona. Echas de menos la comida casera e incluso has intentado cocinar algunas de las recetas que te enseñaron cuando estuviste en el extranjero.
Has aprendido a tomar decisiones inteligentes
Querías hacer un viaje al Gran Cañón y a Las Vegas, además de ir de compras, hacer un viaje de carretera y comer en todos los restaurantes buenos en 80 kilómetros a la redonda. En cierto punto tuviste que priorizar y decidir qué podías y qué no podías hacer. Aprendiste a sacar el máximo partido de tu dinero, a gestionar tu presupuesto y a alargar el viaje.
Has aprendido un idioma que no esperabas
No, no me refiero al idioma que fuiste a estudiar allí. Lo que sucedió es que muy pocos compañeros de clase hablaban el mismo idioma que tú. Te esforzabas por hablar en tu segundo idioma, pero cuando eso fallaba, tenías que recurrir a una versión sofisticada de gruñidos, gestos con las manos y expresiones exageradas. Estás pensando en escribir un libro sobre eso. Sería una herramienta magnífica para los nuevos estudiantes.
Echas de menos al personal de EF
Hiciste muchos amigos en todas partes. Pero en última instancia, vas a echar mucho de menos al personal. Tus profesores, el equipo de acogida y el equipo de actividades; todos ellos estuvieron a tu lado en todo momento. Nunca los olvidarás.
Te sientes un ciudadano global
Cuando te inscribiste por primera vez en un curso de idiomas en el extranjero, te causaba ansiedad la idea de estar tan lejos de casa. Pero ahora que lo has hecho, no solo te ves capaz de vivir en el extranjero, sino que estás pensando en maneras de hacer que esto suceda algún día.