10 Fases de la Preparación de Exámenes
Estudiar para un examen es una montaña rusa de emociones, si le dedicas poco tiempo te sientes culpable, si le dedicas demasiado tiempo lo odias, pero sin este proceso los exámenes son casi imposibles de aprobar.
Estas son diez fases en la preparación de un examen. ¡Todos los que alguna vez hayan estudiado para alguno las reconocerán!
1. «TENGO MUCHO TIEMPO»
Puede que tu profesor haya intensificado el discurso sobre el examen y que sepas que los exámenes están a la vuelta de la esquina, pero te autoconvences de que todavía es muy pronto para empezar a estudiar, a pesar de esa voz interior que te dice insistentemente que al menos empieces haciendo un cronograma de estudio.
2. «SUPONGO QUE TENDRÉ QUE EMPEZAR»
Es el momento de empezar, tus profesores te han dado la lata, igual que tus padres, y ahora, un amigo que nunca prepara los exámenes ha empezado a hacerlo, pero no hace falta enloquecer en este momento, ¿verdad?
3. «SOLO VOY A VER UN EPISODIO EN NETFLIX»
Nadie que haya pronunciado alguna vez estas palabras ha visto solo un episodio. Pronto, uno o dos de los días previstos para estudiar se convierten en uno o dos días viendo tu serie favorita. Puede que no hayas analizado los sonetos de Shakespeare, pero por lo menos sabes cómo acaba Breaking Bad o House of Cards.
4. «HAY BUEN CLIMA PARA ESTUDIAR»
Siempre pasa, nada más empezar a estudiar y justo sale el sol. Puede que pienses en preparar el examen al aire libre, pero pronto te encontrarás tomando el sol, nadando o buscando dónde comprar un helado. Una vez que vuelvas a casa, encontrarás ideas nuevas e innovadoras para mejorar tus hábitos de dejar las cosas para más tarde. ¡Hola YouTube!
5. «¿POR QUÉ ME HICE UN CRONOGRAMA DE ESTUDIO?»
Parecía una buena idea en su momento, pero ahora, después de haberte bronceado, compruebas el cronograma y te sorprendes al ver lo cerca que están los exámenes y lo poco que has hecho. Pero tus amigos te consolarán…
6. «ESPERA, ¿CUÁNTO HAS ESTUDIADO?»
Todavía mantienes una relativa calma, has estudiado algo, no tanto como te hubiera gustado, pero estás avanzando lentamente. Entonces, haces a un amigo esa fatídica pregunta: «¿Cuánto has estudiado?» Según te va recitando la larga lista de temas que ha repasado, desaparece el color de tu cara y entras en pánico.
7. «VOY A REPROBAR»
Las cosas se han puesto serias, hay papeles por todas partes, un montón de libros abiertos, y solo hablas de ecuaciones matemáticas o de gramática en inglés. Te estás convirtiendo en una máquina de estudio, recuperando el tiempo perdido, marcando con colores sin parar. Los días de flojera son cosa del pasado.
8. «SON SOLO EXÁMENES…»
Sientes que has estudiado lo justo como para pasar los exámenes y convencer a los profesores de que sabes de lo que estás hablando. Todavía estás digiriendo cuanto te queda por estudiar y sabes que las cosas van a empeorar en vez mejorar.
9. «¿PUEDO RECUPERAR MI VIDA, POR FAVOR?»
El final se acerca y estás (por fin) llegando a la línea de meta. Tu mundo es una mezcla de post-its, bebidas energéticas y manos manchadas de tinta. Solo te concentras en los exámenes, la fase de pánico de hincar los codos se ha acabado, ahora tienes el control, aunque no lo parece. Vas marcando como hecho tema tras tema en tu cronograma de estudio y ya te aburre tanto estudiar. ¡Debes estar haciéndolo bien!
10. «LIBERTAD»
¡No hay mejor sensación que la de salir del último examen! Se acabó el levantarse a horas extrañas, eres libre y tienes la seguridad de que lo has dado todo (al final). Sin embargo, ahora que has terminado, seguro que el tiempo es horrible otra vez y que ya lo has visto todo en Netflix. Te prometes que te organizarás mejor el próximo año, ¡pero todos sabemos que no va a ser así!